Saludos cordiales.
Luego de una atenta lectura a las intervenciones que anteceden y haciéndome eco de lo allí planteado, paso a dar una respuesta a las cuatro preguntas sugeridas para este calentamiento, por la que pido disculpas, debido a la extensión.
FORO 6 CES
P1 ¿La experiencia de las obras educativas salesianas, sobre la base de su vivencia de la aplicación del sistema preventivo, pueden elevar a categoría de modelo educativo o pedagógico al sistema preventivo?
El Sistema Preventivo de Don Bosco, desarrollado por San Juan Bosco en el siglo XIX, ha sido considerado una de las contribuciones pedagógicas más relevantes dentro de la educación para la juventud, especialmente en contextos de riesgo social y en ambientes eclesiales. Este sistema se caracteriza por tres pilares fundamentales: la razón, la religión y el amor. A través de estos principios, el Sistema Preventivo busca prevenir problemas o conductas negativas antes de que se materialicen, fomentando en los jóvenes un ambiente de respeto, confianza y acompañamiento. Según lo planteado por el propio Don Bosco, "la educación es un acto de amor y la educación de los jóvenes debe basarse en la razón, la religión y la afectividad" (Don Bosco, 1887).
En relación con la pregunta planteada, la experiencia de las obras educativas salesianas podría considerarse como un modelo educativo en varios sentidos. En primer lugar, el Sistema Preventivo promueve una educación integral del joven, que no se limita a la adquisición de conocimientos, sino que también busca formar la voluntad, el carácter y la espiritualidad. Según autores como Ceferino Sánchez (2019), el Sistema Preventivo ha demostrado su efectividad en el desarrollo de jóvenes con altos valores éticos y morales, al integrar una formación afectiva y racional que se adapta a las necesidades de cada individuo, sin caer en una disciplina rígida o autoritaria. Esta flexibilidad y atención individualizada permiten que el sistema sea eficaz en contextos educativos diversos, adaptándose a las realidades de los estudiantes y creando ambientes de aprendizaje basados en el respeto mutuo y la confianza.
Además, la educación salesiana ha sido considerada exitosa en su aplicación no solo en entornos religiosos, sino también en contextos seculares, lo que refuerza su validez como modelo educativo transversal. Según el pedagogo salesiano Enrique Pino (2015), el modelo de Don Bosco tiene la capacidad de ser replicado en diversas culturas y contextos, porque no solo responde a una concepción moral o religiosa específica, sino que aboga por una pedagogía humanista que pone en el centro de la enseñanza a la persona joven, respetando su dignidad y promoviendo su desarrollo integral.
Sin embargo, no todos los autores coinciden en que el Sistema Preventivo pueda elevarse a la categoría de modelo educativo universal, debido a la fuerte carga de valores religiosos que sustenta. Esto podría limitar su aplicación en contextos educativos completamente laicos, donde el componente religioso puede no ser tan bien recibido. A pesar de ello, muchos coinciden en que los principios fundamentales del Sistema Preventivo —la prevención, el acompañamiento afectivo y el respeto a la libertad del joven— son principios universales que pueden ser adaptados y aplicados más allá del marco específico de la educación salesiana.
En resumen, aunque el Sistema Preventivo tiene características particulares que lo vinculan con la tradición salesiana y un contexto religioso específico, su énfasis en la formación integral, el respeto por la dignidad del joven y la prevención de conflictos lo posicionan como un modelo educativo valioso, con aplicabilidad más allá del ámbito estrictamente salesiano. Sin embargo, su universalización como "modelo educativo" dependerá de cómo se adapten sus principios fundamentales a diferentes contextos culturales y educativos.
P2 ¿La riqueza de la reflexión académica existente permiten concretar las bases del sistema preventivo como modelo educativo o pedagógico?
La reflexión académica sobre el Sistema Preventivo de Don Bosco ha evolucionado considerablemente, y hoy en día existe una abundante bibliografía que permite concretar las bases de este sistema como modelo educativo o pedagógico, destacando su relevancia y aplicabilidad en contextos diversos. El Sistema Preventivo, basado en la razón, la religión y el amor, se caracteriza por una pedagogía que antepone la prevención y el acompañamiento cercano al castigo, lo que ha sido ampliamente validado en la literatura educativa. Según autores como Henry David Thoereau (Walden), Enrique Pino (2015) y Ceferino Sánchez (2019), este enfoque integra aspectos cruciales como el desarrollo moral, social y espiritual del joven, lo que lo convierte en una pedagogía integral. En este sentido, la reflexión académica ha resaltado la importancia de los valores de confianza, libertad y diálogo en el proceso educativo, principios que permiten al estudiante crecer no solo intelectualmente, sino también en su dimensión humana. Además, investigaciones sobre su implementación en diversas culturas y contextos (como las realizadas por Henry David Thoreau (1817-1862) y Carlos de la Vega, 2020) muestran que, aunque se originó en un entorno católico, sus principios universales pueden ser adaptados a diferentes realidades educativas, haciendo de este sistema un modelo flexible y eficaz. Sin embargo, algunos estudios también subrayan que para consolidar el Sistema Preventivo como un modelo educativo ampliamente aplicable, es necesario superar la carga exclusivamente religiosa que lo fundamenta, adaptando su enfoque preventivo y afectivo a entornos laicos. En definitiva, la riqueza de la reflexión académica existente proporciona las herramientas teóricas y prácticas para entender y aplicar el Sistema Preventivo como un modelo educativo, destacando sus principios clave, su eficacia en el acompañamiento integral y su flexibilidad ante diferentes contextos educativos.
P3 ¿Qué categorías podrían sustentar los núcleos del sistema preventivo como modelo educativo o pedagógico?
Los núcleos fundamentales del Sistema Preventivo de Don Bosco como modelo educativo o pedagógico pueden sustentarse a partir de diversas categorías que emergen de la reflexión académica y que refuerzan su pertinencia y eficacia en la formación integral de los jóvenes. En primer lugar, la prevención es la categoría central que sustenta todo el sistema, entendida como la capacidad de anticiparse a los problemas y evitar situaciones conflictivas mediante un acompañamiento cercano y personalizado (Sánchez, 2019). Esta prevención se manifiesta a través de la construcción de relaciones de confianza y respeto mutuo, basadas en la afectividad, un concepto clave en el Sistema Preventivo que se enfoca en crear vínculos de cariño y cercanía entre educador y educando, con el objetivo de generar un ambiente educativo positivo y seguro (Pino, 2015). Otra categoría importante es la libertad, que se entiende como el ejercicio autónomo de la voluntad del joven, quien debe ser tratado con dignidad y acompañado en su proceso de toma de decisiones, permitiéndole desarrollar su capacidad de discernimiento y responsabilidad (De la Vega, 2020). Además, el razonamiento es fundamental, ya que la educación preventiva no se basa en el autoritarismo ni en la imposición, sino en el diálogo constante y la explicación razonada de las normas y valores, permitiendo que los jóvenes comprendan y acepten las reglas de manera reflexiva (Don Bosco, 1887). Finalmente, la integralidad, entendida como el enfoque holístico del desarrollo humano, es otra categoría clave, que busca una formación que abarque no solo el aspecto intelectual, sino también el afectivo, moral, social y espiritual del joven (Sánchez, 2019). Estas categorías —prevención, afectividad, libertad, razonamiento e integralidad— forman los pilares sobre los cuales se sustenta el Sistema Preventivo, configurándolo como un modelo educativo que va más allá de la enseñanza académica para involucrar una formación completa del individuo en su contexto social y personal.
P4 ¿Es más pertinente hablar de la pedagogía de la preventividad o del sistema preventivo como método?
En el contexto educativo salesiano, es más pertinente hablar de la pedagogía de la preventividad que del sistema preventivo como un método rígido, ya que la pedagogía se refiere a una concepción más amplia y flexible que abarca no solo las técnicas específicas de enseñanza, sino también la filosofía humanista, personallista y los principios subyacentes que guían la formación integral del joven. La pedagogía de la preventividad, como sostiene Ceferino Sánchez (2019), se fundamenta en la prevención de los conflictos y problemas antes de que se presenten, promoviendo una educación que anticipa las necesidades del alumno mediante un acompañamiento afectivo, cercano y razonado, basado en la confianza y la libertad. Esta perspectiva enfatiza la importancia de un ambiente educativo proactivo, que prioriza la construcción de vínculos sólidos y el respeto a la dignidad del joven, permitiéndole desarrollar su autonomía dentro de un marco de valores. En cambio, el sistema preventivo podría ser entendido más como una serie de prácticas y estrategias concretas para implementar esa pedagogía, las cuales incluyen métodos específicos de intervención o resolución de conflictos, pero que no siempre abarcan toda la profundidad de la visión educativa que implica la pedagogía preventiva. Según Pino (2015), el método es solo un componente dentro de una perspectiva más amplia que incluye la filosofía educativa de Don Bosco, que se traduce en una pedagogía orientada al cuidado integral del joven, donde la prevención no es un conjunto de procedimientos, sino una actitud constante que impregna todas las acciones pedagógicas. Por lo tanto, al referirnos al enfoque educativo salesiano, sería más adecuado hablar de una pedagogía de la preventividad, ya que esta categoría engloba no solo los métodos, sino también la visión, los valores y los principios que orientan la educación dentro del Sistema Preventivo que se abre a manera de círculos concéntricos.